José Ruiz (Director de e-Squad Academy)
Todos hemos oído hablar alguna vez de «El Dorado» y de la búsqueda que muchos conquistadores habrían emprendido, sin éxito, para localizarlo a lo largo de la historia. No en vano, se trataba de encontrar una ciudad íntegramente construida en oro y muchos aventureros no dudaron en perder su vida en selvas de Sudamérica tratando de hallarlo.
El sueño imposible de «El Dorado» alberga cierto paralelismo con la búsqueda, que el sector del videojuego, ha realizado, históricamente, para asociarse con mundos como el educativo, el deportivo o el sanitario, este último, en áreas como, la rehabilitación, la psicología, la psicopedagogía e incluso la oftalmología.
Pero, ¿por qué está necesidad de acercamiento hacia lo pedagógico y lo saludable? Pues bien, como he descrito en mis anteriores artículos, existen prejuicios muy negativos y muy arraigados en la sociedad que, de no rebatirse, podrían dañar gravemente, e incluso herir de muerte, a una industria que mueve cientos de miles de millones de dólares en todo el mundo. Lógico defenderse, ¿no creen?
En los siguientes tres artículos voy a analizar las diversas estrategias de defensa que suelen construirse tanto el mundo académico, como la industria del videojuego y, por supuesto, el sector público. En ellos destacaré los aciertos y los errores que, bajo mi punto de vista, tiene cada una de ellas. ¿Realmente es posible enseñar matemáticas, historia o idiomas con videojuegos? ¿Pueden desarrollar habilidades o competencias en sus usuarios? ¿Son útiles en el ámbito sanitario como herramientas de rehabilitación o como complemento terapéutico?
La principal información que espero se lleven al finalizar la lectura de estos artículos es poder identificar qué es razonablemente posible conseguir en materia de formación con los videojuegos y qué es un mero reclamo (en forma de mal producto o servicio) que trata de contrarrestar prejuicios con barbaridades.